en días como estos me cuesta bastante estar segura de la vida,
no porque me muera o algo así (aunque la muerte siempre sea una realidad inevitablemente cercana), me refiero a la certeza de la vida en sí misma, de las personas, las calles, los amigos, los estudios.
me desespera esta situación, mis desganos y mis ánimos repentinos, mis ganas de divertirme, pero de divertirme muchas veces sin mis amigas, sin mi familia, sin nadie más que yo y mis cosas.
me dan ganas de tirarme en el pasto de alguna plaza bien graaande y tranquilita, y pasar ahí toda la mañana, toda la tarde y quizás toda la noche, evitando las miradas de los curiosos que se preguntan qué hará esa niña ahí sola, tirada mirando al techo de nubes, de rayos de sol quemando la pupila y retorciendo la vista, la piel y el ánimo.
yo misma he sido parte de esos molestos curiosos alguna vez.
quiero tener una semana entera de vacaciones, olvidarme de todas las responsabilidades, pensar sólo en mi, tratar de averiguar qué me está ocurriendo, qué pasa que nada me compromete,
quiero entender por qué pensé que te quería tanto si ahora ya ni siquiera te hecho de menos,
porqué ya no suspiro ni se me aprieta la guata cuando veo tu foto, por qué pienso en ti como en cualquier otra persona.
siempre me costó esto de los afectos, de demostrar lo que pasa dentro del cuerpo las venas las arterias el alma el corazón, todas esas cosas que suenan a mamá cliché.
pero me parece que esto ya es demasiado, cómo podría yo autoconvencerme del amor?
es posible que mi amor sea real, entregado y aún así tan pequeño?
puede el "amor de verdad" durar tan poco?
quizás de verdad me convertí en una ególatra con ganas de incomprensión, en un mounstro tragavino fumapito pintacuadros cosetelas que no tiene en realidad nada en qué pensar, en un cliché de los más bajos y sucios, en una pendeja con discursos de justicia, igualdad e infortunios que probablemente se inventó de la misma manera que tu lágrima en mi mejilla, lenta, fría, desganada y casi falsa.
no quiero ser eso, a veces pienso que he pensado tanto que ya me aburro, me aburre pensar en los temas que me interesan, me aburre pensar que sin querer vuelvo a lo mismo, vuelvo a ti, vuelvo a mi sin ti, y vuelvo a las noches de tortura intentando sacar alguna conclusión que en estos casi quince años no haya ya sacado.
me deja super a la deriva esto de las contradicciones, y qué raro que me resulta pensar en toda esa gente que me dice que la adolescencia es la época más bonita de la vida, qué cómico que me parece recordar todos los libros que de más chica leí y me convencía página a página que los dieciseis y diecisiete y quince eran los años mosos, la etapa de las alegrías y sorpresas y manantiales de poesía envueltos en cada árbol, en cada flor y briza y lluvia y risa de la gente en la calle.
mis flores se pudrieron todas, y mis gentes de mis calles pasan rápido sin saludar ni sonreír ni respirar.
por favor diosito, si existes perdóname por nunca nunca creer en ti, por burlarme y humillar en mi mente y en mis almuerzos familiares a tus seguidores, pero si existes y eres capaz de controlar estas cosas, por fa quítame esto, esta experiencia ya me tiene aburrida, y te juro que siento que me la conozco al revés y al derecho, no tengo nada más que aprender de esto.
y si es cierto lo que dice mi mamá,
entonces debo pedirte a gritos, crisis de la adolescencia, déjame tranquila.