miércoles, 15 de diciembre de 2010

antes

En esta misma situación me habría ganado el orgullo.
"Filo" habría dicho a todo lo que me dijeras y filo también hubiera sentido.
Pero claro, siempre llega el momento en que una agacha el moño y acepta todo, incluso sentirse ausente- para tí.
Sé que cuando me llames voy a entenderte aunque no te entienda y voy a decirte que no, no estoy enojada.
Me voy a despedir mandándote un beso y esperando que por lo menos me digas que me quieres, para responder "yo también" y volver a dormir otra noche más con el mismo nudo en la garganta y sin saber que pasa ni qué va a pasar ni qué mierda estai sintiendo.
Hace una semana el amor era bonito, ahora, es humillante.

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