sábado, 16 de octubre de 2010

el otro día estábamos pensando con el marcelo que la gente que engorda y aflaca y engorda y aflaca y engorda y aflaca, está condenada a terminar gorda.
ahora pienso yo solita que quizá con mi mamá nos pasa lo mismo.

la gente que pelea y se arregla y pelea y se arregla y se odia y se quiere y llora y se ríe y llora y se ríe están condenadas a llevarse mal.
yo estoy condená a ser como la callampa y dejar la cagá en cualquier momento que tenga la mínima posibilidad de cagarla, y mi mamá está condenada a tenerme de hija y sentir todo con mil grados más de intensidad que el resto del mundo, está condenada a ser tan sensible.
pero claro, las lágrimas no le quitan el olor a la mierda.
menos a mi, que siempre he sido tan hedionda.

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