ay pedro, mi pedro.

tengo treinta años enamorada de Pedro González Miranda,
el mismo niño de canillas flacas que me deja boquiabierta desde octavo básico cada vez que pasa frente a mi ventana para entregarme la cuenta de luz.
probablemente nunca concretaré mi amor con él, es lo más probable, dado que él tiene hijos, una esposa y quince años más que yo.
seguramente mi Pedro no es el mismo Pedro que conversa con su mujer,
o que habla con mi vecina todas las mañanas sobre el clima.
de cualquier modo, siempre estaré enamorada de Pedro, de MI PEDRO.
estaré comprometida para siempre con mi percepción de él, y NUNCA le seré infiel.